20/07/2023

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FIN

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diarios
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Un amigo se suma a la aventura

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09/10/2012 10 CAPITULO 10

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Los Pascal Jenny
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muerte y resurreccion del ultimo zar

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Fragmentos de un diario impreciso

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El regalo de Stalin a Perón

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15/07/2012 4 CAPITULO 4

Los Balticos

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03/07/2012 3 CAPITULO 3

Desprejuicios

Tres versiones de Polonia

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21/06/2012 2 CAPITULO 2

BECOMING BERLIN

Becoming Berlín
14/06/2012 1 CAPITULO 1

Occupy Frankfurt

Expreso a Oriente - Occupy Frankfurt
10/06/2012

Prólogo

Prologue
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Capítulo #4. Los Bálticos

 

Si bien Lituania, Letonia y Estonia formaron parte de la Unión Soviética durante casi 50 años, fueron los primeros países en declarar su independencia plena (Lituania lo hizo en el 90 y Letonia y Estonia en el 91). Hoy comparten el rechazo por un pasado al que muchos consideran oscuro y están más occidentalizadas que el resto de las ex repúblicas de la URSS (hasta evitan hablar ruso, idioma que muchos conocen a la perfección). Sin embargo, de los casi siete millones de habitantes que suman los tres países, cerca del 20% son rusos que, aunque viven allí desde hace décadas, eligen seguir hablando su lengua natal. Por su parte Finlandia, a la otra orilla del Báltico, logró resistir y evitar el avance del régimen soviético después de la Segunda Guerra Mundial. Nunca perdió su independencia.

 

  • Vilna, Lituania.

    Por Joaquín Sánchez Mariño

    En Lituania un hombre estaciona hábilmente marcha atrás y un loco lo mira fijo. Yo camino por la calle Sodu y veo que la capital está llena de borrachos pasados de rosca, psicópatas mudos que amagan al encuentro como si fuera lo más normal del mundo. En Lituania entramos a un restaurante argentino llamado El Gaucho Bueno y tratamos de entrevistar a su dueño, que resulta ser un lituano que no habla una palabra de español. En Lituania venden pan frito y no encuentro el jugo Cappy. En Lituania me enamoro falsamente de una chica que, sentada a la vera del río, toma cerveza ilegalmente. Le pido una foto, compartimos la cerveza. En Lituania descubro que el supermercado Iki tiene pocos lacteos. Vuelvo a comer un helado de leche condensada pero no es lo mismo que aquél de Brasil, año noventa y nueve… En Lituania dormimos en un hostel al lado de un local de lápidas (las hay desde 200 litvias, una ganga), y me acuerdo de mi abuelo, que se fue -espero- con más lujos a la otra vida.

    En Lituania festejo los goles de San Lorenzo por amor a un amigo y pienso que Julián, otro amigo, estaría orgulloso. En Lituania viajamos media hora en colectivo a Trakai, la antigua capital, y entramos a un castillo centenario a hacer videos en joda que le faltan el respeto a la historia. En Lituania decido reírme de la historia un poco más. En Lituania voy por una cuadra recostada de amarillo y veo a una mujer que trabaja en su jardín. Sale un cuervo de un tacho de basura. Entro a una iglesia y pienso, mientras miro los cuerpos de tres mártires tapados con verde, que la iglesia debería renovar sus santos, o las imágenes de ellos en sus templos.

    En Lituania me excedo en el supermercado comprando boludeces que después tengo que tirar porque no hay heladera. Y paso dos noches y tres días y me siento bastante a gusto. Dudo del nombre de la capital, que es Vilna pero antes fue Trakai, y después Kaunas… En Lituania estamos demasiado poco como para desentrañar algo. Todo se me ofrece superficial y dulce, así, tan así como ahora, tan simplemente que suaviza.

    En Lituania miro un lago y le escribo un mail a mi abuela, pienso que mi mamá me extraña y que los viajes son bendiciones en cámara lenta. En Lituania me siento frente a una computadora y pergeño un texto corto que dice que en Lituania, mientras la vida parece ser así de idiota, mi armonía encuentra su forma imponderable.

  • Riga, Letonia.

    Por Gastón Bourdieu

    Algo ha pasado aquí. En un pasado espeso, pesado. Riga. Ciudad fría y húmeda, de sueños pisados y olvidados. De calles escondidas, próceres embarrados, de monumentos reemplazados e historias que siempre esperan.

    Riga, de ficciones no ficcionales casi ficticias. De lluvias intermitentes, cielos indecisos, nubes atléticas. De centros antiguos, confusos, periféricos. De ríos de hadas y cuentos helados. De bosques desencantados y vueltos a encantar. De senderos de enigmas que nadie nunca quiso resolver. Riga, de locos etílicos, demandas humeantes y dialectos hechos crucigrama. De abandonos acompañados. De amables afirmaciones y horribles indiferencias. ¿De contradicciones?

    Riga, de artes novedosos y finitos, sin renovación de contrato. De impresiones no impresionantes. De esperas admirables, pasillos serpenteantes, castillos prostituidos por escribas históricos. De edificios desamparados en la altura, de casas con miedo al contagio. De muros discriminados por verdades a medias. Riga, de flores sin amigos, de puentes ingenuos, de cafés refugiados en escondites eternos, y frazadas para tapar angustias. De ruidos silenciosos, rubias congeladas, labios ajenos. De bicicletas… siempre bicicletas.

    Espejismos. Casamientos. Cámaras de fotos. Trolebuses. Adoquines. Cerros. Carteles. Niños. Viejos. Iglesias. Religiones. Riga.

    Algo ha pasado aquí, ciudad de conquistas ignoradas en occidente. Capital eterna, tanto en su soberana dependencia como en su precoz libertad soviética. Atravesada por un aire tan báltico, impertérrita, Riga no se acostumbra a ser Riga.

  • Tallin, Estonia.

    Por Hipólito Giménez Blanco

    En el tour acelerado por el Báltico, Estonia parecía ser la última parada. Antes de llegar, no había pronunciado el nombre del país más de tres veces en mi vida (y creo que exagero). Lo que sí puedo decir es que en Tallin, ignota capital durante veinticuatro años de mi vida, festejé mi cumpleaños número veinticinco. Nuestro anfitrión en Estonia fue Andreas. Nos buscó en auto de pura amabilidad y reavivó mis prejuicios: hombre que aloja tres hombres… raro. Pero, otra vez, eran solo prejuicios.

    Vivía en el barrio Nuevo Mundo (lleno de casas viejas), en un loft de 50 metros cuadrados en donde el sauna ocupaba más espacio que la suma de la cocina, el baño y el escritorio. Organizó nuestros días en su casa: un rato dibujos animados soviéticos, comida casera en su casa y algunas cervezas para ver la semi final de la Eurocopa en su casa. Extrañamente, no le interesó que le mostrásemos Trapito o Hijitus, nuestros próceres animados. El día siguiente fue igual de riguroso: nos despertó a las siete de la mañana y nos mandó a conocer la ciudad, más tarde un almuerzo juntos y un paseo en auto, quince minutos en el monumento de los rusos por la expulsión de los suecos, una hora en la playa, media en el anfiteatro al aire libre y dos en la torre de TV que crearon los soviéticos durante la Guerra Fría… Hoy, en esa torre que demostraba la capacidad técnica soviética, los estonios alardean de sus propias cualidades tecnológicas. Skype se creó en Estonia, dice Andreas, y termina el día con una sonrisa.

    No fue el único dato que nos regaló. El pueblo estonio se jacta de ser el más irreligioso de mundo (75% se declara ateo). Son los primeros en el ranking mundial de libertad en Internet. Tienen más ingenieros mujeres que hombres (el 51%). Estonia es la primera república ex soviética en adoptar el euro pero casi no tiene bancos físicos: el 98% de las transacciones se hace por internet.

    En Tallin conocimos también a una de las cinco personas de Estonia que viven en Argentina: Hedvig. Parece más porteña que cualquiera de nosotros. Le escapa al frío: en el invierno argentino trabaja como moza en un bar de Tallin y el resto del año, vive en Buenos Aires haciendo traducciones. Nos sirvió un cortado y la filmamos acomodando yerba mate. No sé dónde andará ahora, igual que Andreas, que supuestamente iba a salir de viaje por Europa.

    Hay algo raro con los viajes: los finlandeses cruzan a Tallin solo para comprar alcohol (es mucho más barato que en Helsinki), Andreas recibe tres argentinos para contradecir sus estructuras antes de salir con su propia mochila, y yo me pongo a escribir cosas sobre una ciudad que, hasta hace menos de un mes, ni siquiera sabía que existía.

     

VideosExpreso a Oriente
Música:  El Rastrero, de Los Paquitos

20 respuestas a Los Bálticos

  1. Paula dijo:

    No sé si soy la primera en leer y ver el video pero más o menos… Como siempre los sigo muy muy cerquita. Las imágenes impactan por lo real, al menos la realidad de ustedes, y me gusta lo que veo!!!

  2. Katrina dijo:

    Hey!!! pero qué grossssos, bizarros y súper son ustedes 3 😀 la forma de redactar me hace sentir que puedo compartir la experiencia al mismo son que ustedes. Felicidades y mucho éxito en el viaje!

    p.d:háganme un espacio en la maleta eh, soy chiquita :p

  3. Roberuto dijo:

    que gran aventura!

  4. Marce dijo:

    Muy bueno el video!

  5. Troy dijo:

    Que bien la musicalizacion! Aparecio timidamente Popi en los textos y se agiganto en los balticos. Coki claramente esta en los guiones del video y gato, me encanta gato jaja bien esa lampara parlanchina!

  6. VIK dijo:

    MUY BUENO, CHICOS, ME GUSTÓ MUCHO. SIEMPRE ESPERAMOS ANSIOSOS SUS PRÓXIMOS VIDEOS Y NOTAS. LOS QUIERO MUCHO

  7. Nachi dijo:

    GENIAL CHICOS! genios!!! envidiables por donde se lo mire… sigan compartiendonos el mundo, su vida…
    .

  8. pauli g dijo:

    Reconozco que es la primera vez que leo! Me encantó. Felicito a cada uno de los redactores. Sigan haciéndonos viajar un rato.

  9. Pablo dijo:

    Qué buen video!

    Qué linda canción!!!!

  10. Agus! dijo:

    Chicos, cada vez que leo y miro sus video siento que viajo con ustedes. Apenas conozco un poco a Joaquín y el resto ni idea, pero sus historias son atrapantes, desde lo misterioso de llegar a un lugar nuevo y meterse en su cultura, relacionarse con su gente y escribir desde los sentimientos de esas sensaciones. Su viaje me da ganas de patear el tablero, aunque creo que lo mio siempre sería más rústico.
    Saludos y a seguir el camino!

  11. Manucho dijo:

    Muy bueno chicos! Egon de Reval era un noble terrateniente de Letonia, amigo de Michel de Crayencourt (padre de Marguerite Yourcenar) y sus aventuras, narradas magistralmente por la autora (el Sapo disiente sobre esta maestría de Yourcenar) a partir de la revolución rusa de 1917, son muy tristes. Una vez le conté esto a un oficial letón en SHAPE, comentándole el cariño que le tenía a ese personaje. El tipo, dificultades del idioma, creyó que yo era puto. Luego, hasta la mujer, que era monísima, me miraba raro. Nunca sentí más verguenza, así que, cuidado con los letones!

  12. Cecilia Garcia Olivieri (cecigo) dijo:

    Chicos, es el primer post que veo y me parece genial! Aguante el Expreso a Oriente y superen cada vez mas su curiosidad! Abrazote!!!

  13. pazoña dijo:

    que lindo todo!!! me hacen viajar con sus videos!!! sigan paseando y pasandolo bien ! un beso grande

  14. santa dijo:

    si, es verdad, buen video

  15. Manuel Gomez Fleytas dijo:

    Joaco tanto tiempo y me entere de tu viaje por el gordo saint romaint, segui pasandola de 10, un abrazo grande a los 3.
    Manu

  16. Candela dijo:

    GENIOS

  17. Gustavo dijo:

    Gooooooooooooool

    Vamos ciclón!

  18. eugenia dijo:

    el sabado fui a comer con andres mut amigo de la facu y me contó de ustedes! y son los mas!! no paro de verlos y leerlos!! los felicito!

  19. Mariela dijo:

    Genial, me encanta lo que hacen, quiero mas!

  20. Agus dijo:

    Holaa! una amiga me hablo de ustedes, me meti en la pagina para ver de que se trataba y me hice adictaaa, no paro de leer y de ver los videos! Son unos genios!!
    Buenisimo el video, me rei mucho

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